El impacto de los datos en la era del streaming

Share This Post

La industria musical ha sido testigo de una transformación sin precedentes impulsada por el auge de la música digital y el streaming. En este nuevo paradigma, los datos juegan un papel fundamental en la cadena de valor del sector, influyendo en la creación, distribución y monetización de la música.

Durante la sesión KEYNOTE del 28 de febrero, Johann Flandin, Licensing & Partnerships Manager en Sonosuite, explicó los entramados de la industria musical digital, destacando la importancia estratégica de los datos en este contexto en constante evolución.

La irrupción del streaming ha generado un cambio sísmico en la forma en que consumimos música. Con el 65% del volumen de negocio de la música grabada proveniente del streaming, es imperativo comprender cómo este cambio afecta a los artistas, sellos discográficos y otros actores de la industria.

«Las plataformas de streaming han democratizado el acceso a la música, pero también plantean retos únicos para los artistas en términos de visibilidad y compensación», señala Flandin. «La personalización y las recomendaciones basadas en datos son aspectos clave para mejorar la experiencia del usuario y promover la diversidad musical».

La transformación de la industria musical hacia la era digital ha sido un viaje fascinante, marcado por cambios significativos en la forma en que consumimos y compartimos música. «Hace veinticinco años, el concepto de música digital a menudo se relacionaba con la piratería, ya que los soportes físicos estaban bajo el control de los grandes actores del mercado, y abrir este mercado generaba una sensación de pérdida de control para ellos», añade Flandin.

La aparición de Napster marcó un punto de inflexión, con su fuerte posición política que abogaba por la contracultura musical y el compartimiento de archivos peer-to-peer. «Antes, para obtener un álbum, había que recurrir a listas interminables, sin garantía de encontrar lo que buscabas y con una sensación de falta de control y seguridad».

La llegada de la primera plataforma de descarga legal, iTunes Store, abrió nuevas puertas al consumo de música digital, permitiendo a los usuarios adquirir álbumes a precios más asequibles que los CDs tradicionales y almacenarlos en sus dispositivos MP3. La verdadera revolución, sin embargo, llegó con el auge del streaming, con Spotify como pionero de este movimiento. Lanzado en 2006, no fue hasta 2010-2011 que experimentó un crecimiento significativo, impulsado por la evolución de la tecnología 3G. Este cambio transformó radicalmente la manera en que consumimos y compartimos música hoy en día.

Las décadas de los noventa y dos mil se recuerdan como la época dorada de la música, con los sellos discográficos satisfechos por el gran volumen de ventas de CDs. No obstante, la llegada del peer-to-peer en los 2000 permitió a los usuarios acceder a música gratuita, marcando un declive en la compra de soportes físicos a favor de la música digital. «Actualmente, el streaming representa un 17,5% del consumo de música, mientras que los soportes físicos solo un 4,6%».

Es importante señalar que las plataformas de streaming han sido a menudo criticadas como responsables de la supuesta «muerte de la música», pero en realidad, son una herramienta crucial en la lucha contra la piratería. Estas plataformas han democratizado el acceso a la música y han abierto nuevas oportunidades para artistas emergentes, aunque aún plantean retos importantes para el sector.

A medida que el mercado digital se encuentra saturado con un flujo constante de contenido, los artistas se ven inmersos en un panorama competitivo y en constante evolución. Los algoritmos, antes diseñados para mejorar la experiencia del usuario, ahora se utilizan con fines comerciales, planteando interrogantes sobre la equidad y la visibilidad para artistas emergentes y géneros menos representados.

«La competencia entre las plataformas de streaming afecta directamente cómo se descubre, promociona y remunera la música», destaca Flandin. «Es esencial comprender la cadena de valor en la industria musical digital y cómo los metadatos juegan un papel crucial en la identificación y compensación adecuada de los artistas».

El mercado se encuentra saturado de contenido, con más de 120.000 nuevas canciones publicadas cada día. Esta proliferación se explica principalmente por la evolución de la tecnología, que ha reducido significativamente los costos de producción y publicación musical. Antes era necesario una inversión considerable para lanzar un álbum, pero hoy en día solo se necesita un ordenador portátil para crear una pieza musical y publicarla sin necesidad de distribuidores.

Además, la irrupción de la IA, como Boomy, ha simplificado aún más el proceso de creación musical, permitiendo a los artistas producir piezas en cuestión de segundos y obtener los derechos para monetizarlas. La inclusión de la IA dentro del software de plataformas como Ableton también apunta a una tendencia creciente en este ámbito.

A pesar de la abundancia de ofertas, cabe señalar que el mercado se encuentra también saturado de opciones. Esto ha generado una competencia feroz, afectando la manera en que los artistas son descubiertos, promocionados y remunerados. Los algoritmos, que antes se centraban en mejorar la experiencia del usuario, ahora se utilizan con fines comerciales, desviándose de su función inicial. Este cambio de enfoque puede tener consecuencias negativas, ya que no todos los DSPs (Digital Service Providers) sobreviven en este entorno tan competitivo.

En la industria musical digital intervienen diversos actores y flujos fundamentales. Entre los protagonistas principales se encuentran el artista y su público (fans). Además, están los titulares de derechos, como La Cúpula Music y blanco y negro; las distribuidoras, como DistroKid y Sonosuite; y las plataformas digitales (DSPs), como Spotify, YouTube Music y Amazon Music.

Estos actores interactúan a través de tres flujos principales:

  • El contenido: Se refiere al movimiento de la música desde el artista hasta el fan, pasando por el sello discográfico, la distribuidora o el DSP. Este proceso implica el uso de ciertos protocolos y formatos de datos para garantizar una distribución adecuada.
  • El dinero: Representa la transacción económica que se produce desde el fan hacia el artista. Es decir, el público paga por el acceso a la música o por su consumo, y parte de estos ingresos llegan al creador de la obra.
  • Los datos: Consisten en la información generada por el fan al interactuar con la música, la cual es recibida por el artista. Estos datos son valiosos para comprender mejor a la audiencia, sus preferencias y comportamientos, lo que permite ajustar estrategias y tomar decisiones informadas en la industria musical.

A pesar de estos retos, los datos también presentan oportunidades emocionantes para los artistas. Herramientas de análisis de datos como Soundart y Chartmetrics permiten a los artistas acceder y comprender la información sobre su audiencia y su música en todas las plataformas.

«Estas herramientas de inteligencia empresarial proporcionan una visión más profunda del comportamiento del usuario y el crecimiento del artista», explica Flandin. «Al comprender mejor a su audiencia, los artistas pueden tomar decisiones más informadas sobre su música y su carrera».

Las metadatos en la música son esenciales para garantizar una compensación adecuada a los artistas, ya que incluyen información crucial como el título, los compositores, los productores y otros detalles relevantes. No obstante, su gestión es compleja y puede llevar a pérdidas de ingresos para los músicos debido a discrepancias entre las bases de datos. Esto pone de manifiesto la importancia de sincronizar esta información dentro de la industria musical.

En cuanto al impacto de los Digital Service Providers (DSPs) en los artistas, se ha producido un cambio significativo en la manera en que se mide el éxito en la industria musical. Antes, el éxito se basaba principalmente en las ventas de discos, pero ahora las empresas musicales pueden escuchar y monitorear a la audiencia para comprender mejor los patrones de uso y de consumo musical. Esto ha abierto nuevas oportunidades y ha contribuido a generar ingresos significativos en el sector.

En resumen, las metadatos son cruciales para la industria musical, ya que aseguran una compensación justa a los artistas, aunque su gestión puede ser compleja. Por otro lado, las DSPs han transformado la manera en que se mide el éxito en la música, abriendo nuevas perspectivas y posibilidades para los profesionales del sector.

En última instancia, el éxito de un artista en la era del streaming está intrínsecamente ligado a su capacidad para comprender y aprovechar el poder de los datos. Al adaptarse a este paisaje digital en constante cambio y utilizar los datos como guía, los artistas pueden abrir nuevas puertas hacia el descubrimiento, la innovación y el éxito continuo en la industria musical digital.

More To Explore

Noticias

El Manifiesto del MusicData UPC

Después de meses diseñando diferentes acciones de divulgación científica sobre los nuevos ecosistemas digitales en el sector de la música, MusicData UPC concluye con un manifiesto. Creemos

Noticias

¡REVIVE LAS SESIONES MUSICDATA UPC!

En esta seción, podrás encontrar los archivos de audio y video que vamos recopilando para que puedas disfrtutar de estos contenidos y seguir aprendiendo de